Los empresarios pueden reducir los costes sanitarios mediante el trasplante de riñón
La mayoría de los empleadores autoasegurados no se dan cuenta de lo común que es la enfermedad renal entre tus empleados ni de lo mucho que están pagando -innecesariamente- para tratarla.
Hoy en día, en Estados Unidos, uno de cada siete adultos padece una enfermedad renal crónica. A medida que la enfermedad avanza, estos maridos, esposas, amigos y compañeros -el 96% de los cuales aún no saben que la padecen- se encontrarán con sólo dos opciones para sobrevivir: la diálisis o el trasplante de riñón.
Como médico en el ámbito del riñón, he visto las realidades de ambos.
La diálisis pasa factura, tanto a los pacientes como a sus empleadores. Los costes para los empleadores autoasegurados pueden alcanzar los 500.000 dólares por empleado con insuficiencia renal, mientras que el tratamiento, en sí mismo, a menudo puede dejar a los empleados incapacitados para trabajar a su plena capacidad.
El trasplante no es sólo una mejor atención. También es el cuidado menos costoso. Por cada dólar gastado en el trasplante, se ahorra una media de dos dólares que se habrían gastado en diálisis. Un paciente trasplantado también vive una media de diez años más que un paciente en diálisis.
La triste realidad es que, aunque el trasplante es la mejor opción, sigue estando fuera del alcance de muchos. La prevalencia de la insuficiencia renal en Estados Unidos hace que la lista de espera para recibir un riñón que salve la vida aumente cada año, y hasta el 60% de los que esperan morirán antes de que este regalo esté disponible. La experiencia me dice que muchos empresarios desconocen la magnitud de sus costes y que hay medidas sencillas que pueden tomar para superar las barreras al trasplante, reducir los gastos y salvar vidas.
Los empresarios pueden empezar por entender que el trasplante de riñón es una forma de reducir los costes sanitarios, no de aumentarlos. Los empresarios que quieran identificar pronto a los pacientes con insuficiencia renal y conseguir que se les trasplante más rápidamente disponen de ayuda. Al tomar medidas, los empresarios pueden ser parte de la solución, ayudando a tus empleados a navegar por el complejo proceso de trasplante y a volver a vivir sus vidas.
Una mejor atención a los empleados está esperando. Los empresarios pueden crear un futuro mejor para los pacientes con enfermedades renales y un futuro mejor para sus empresas, libres de la carga financiera que supone la autofinanciación de su asistencia sanitaria.
Michael A. Rees, MD, PhD, es cirujano de trasplantes de riñón, así como director general y fundador de Rejuvenate Kidney Transplant Solutions, que utiliza un proceso basado en datos, ganador del Premio Nobel, para salvar vidas mediante el trasplante de riñón y ayudar a los empleadores autoasegurados a controlar los gastos relacionados con la insuficiencia renal.